domingo, 15 de junio de 2008

Papito!








A ti mi querido viejo!

Tu niña consentida, traviesa y juguetona te entretenía con sus cuentos e historias imaginadas,cuando ella se trababa,y no sabía que más inventar; tu, le impulsabas a terminar la historia. Esa nena gozaba con escuchar el radio, ese programa de Cri Cri, cantaba y brincaba mientras las canciones llenaban su imanación. Y tu, la observabas, reías y disfrutabas con cada ocurrencia.
Cuando nadie la encontraba, tu, ya sabias donde buscar; en ese fresno, columpiandose en las alturas con ese columpio hecho de llanta de carro, con gruesas sogas, que su abuelo improviso. Ibas en su búsqueda, y ahí estaba tu niña, comiendo su pan de dulce, un pan que se escondía antes de la cena.
Tu jugabas a ser león, ella jugaba a ser tu presa, ella corría y reía, mientras tu, le perseguías con feroces gruñidos.
Esa niña te recuerda, fuerte, juguetón, atento y consentidor. Lo mejor era, que a pesar de tener tres hermanos y una hermanita, lo mejor era, cuando me hacías sentir, tu niña consentida!

Gracias papito, hoy a pesar de que te tengo lejos, tu voz en el teléfono, me hizo transportar a esos tiempos me hizo recordar que fui la nena mas feliz del mundo, que fui tu nena consentida! .

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